El proceso

La música comercial sigue unos designios absolutamente estandarizados en lo que a una nueva moda y la muerte d ela misma se refiere. En este ejemplo practico tomaremos como sujeto de estudio el R&B, aunque todo este proceso se puede trasladar fácilmente a por ejemplo “nuevos” movimientos como la avalancha del rock tras los Strokes o el electroclash. Eso sí hay estilos que no duran ni seis meses y otros que duran mas de diez años. Y no miro a nadie…

1) El caldo de cultivo:
El nuevo género (o la nueva venida según el caso) empieza a gestarse. En ese momento, productores, interpretes y músicos de un determinado estilo musical, generalmente nuevos y con hasta el momento poca difusión empiezan a hacer ruido. Todos los elementos que después harán triunfar al genero ya están ahí. En términos de música negra tenemos a Timbaland descubriendo “su” sonido con ese Are you that somebody que le hizo a Aaliyah, Rodney Jenkins y Brandy hacen The boy is mine, piedra filosofal del genero negro sincopado y The Neptunes enseñan la cabecita produciendo a ODB y Kelis.
e.g.: Kelis lanza Kalidoscope, cumbre junto al Justified de Justin Timberlake del sonido Neptune.





2) Pop from the block:
Los artistas establecidos en la radio formula pero “afines” al genero por cuestiones estilísticas empiezan a ver movimiento y dispuestos a no quedarse atrás importan el sonido, la actitud o el concepto. En el caso del R&B, contratan a los productores (you know, producers are rockstars). Whitney se hace con los servicios de Rodney “Darkchild” Jenkins, Toni Braxton se une primero a Jenkins y luego a los Neptunes en un intento desesperado por seguir en la brecha. Jay-Z se codea con Timbaland y The Neptunes, Snoop vuelve a al cima y todo el mundo produce a Mary J Blige. Desaparecen las baladas melosas y los crooners de satén y ahora todo es muy al estilo TLC.
e.g.: The Neptunes dotan de algo de brillo a LL Cool J.

3) This is the mainstream:
Casi coetáneo al punto 4 e inmediato seguidor del punto 2. En este estado de la materia el género se establece como tal. Crea sus propias señas de identidad, sus maniqueísmos y sus highlights tanto en lo ético como en lo estético. Se designa (el quién es un misterio) qué es lo que se lleva puesto (los trajes del Armani mas Padrino, chándales de Adidas de luxe para ellos y para ellas, mucho muslo, mucha carne, mucho short y mucho ghetto fabolous) y que lugar ocupa cada cual (ya sabes, pimps & bitches). El estilo empieza a cobrarse sus primeras victimas en las clases altas, Darkchild es The Strokes del R&B, pasa de producir a Michael Jackson, las Destiny’s Child y el único CD bueno de las Spice Girls a hacerles un single a Blaque.
e.g.: Las Destiny’s Child se convierten en estrellas a escala planetaria y anuncian hasta McDonalds adelgazante.





4) Cuando haces Pop ya no hay stop:
El pop de consumo masivo, ese que no tiene personalidad alguna y que se arrima al sol que más calienta fija sus ojos en el nuevo trend. N’sync se apuntan al carro y reclaman los servicios de The Neptunes, tras esto, la explosión y la expansión. Britney, Justin, Chrisitna, Pink, Jessica Simpson, Gwen Stefani y todo quisqui se intenta marcar singles con producción negra, un buen featuring de un rapero en buen momento y una actitud street a veces un poco bochornosa.
e.g: El mejor álbum de R&B de lo que llevamos de siglo se lo ha marcado un blanquito de Tennesse llamado Justin, que para mas tema, salía de una boyband. El álbum era un trallazo mágico formado por un combo matador entre The Neptunes y Timbaland (las canciones de Bryan McKnight y The Underdogs para mí simplemente no existen).

5) Las chicas listas huyen rápido:
El género empieza a dar los primeros síntomas de agotamiento y es el momento en el que los reyes del género empiezan a tener tropezones en lo cualitativo y las primeras voces críticas, hasta ese momento inexistentes, empiezan a surgir. En plan segunda venida a lo Franz Ferdinand, nuevos valores como Kanye West llegan para sustituir y reclamar el trono de los cuestionados reyes del estilo. Al mismo tiempo la nueva oleada de princesas pop, bien asesoradas of course, huyen en busca de una nueva victima de la que chupar la sangre.
e.g.: Las nuevas Britney y Christina, Hilary Duff y Lindsay Lohan prefieren sonar como Limp Bizkit o Good Charlotte que como Beyoncé. Kelly Clarkson se consagra no de la mano de Babyface sino de Ben Moody.





6) La muerte de un género:
Las formas ya no es que estén agotadas sino que están trilladísimas. Ahora mismo, ya nadie se muerde las uñas por un álbum en solitario de Pharrell (máxime tras escuchar el single Can I have it like that que es una autentica mierda). Hoy por hoy, que te produzcan The Neptunes o Dr Dre es casi un estigma. Hace dos años y pico Charlotte Church salía en la portada de The Face vestida por Galiano para anunciar su traslado al mundo del pop. Ante la pregunta de con quien le gustaría trabajar ella respondía: Jay-Z, Missy Elliott, The Neptunes y Timbaland. Con el álbum ya en la calle comprobamos que aun a pesar del nivel adquisitivo del proyecto Charlotte no esta ninguno de estos nombres sino que no hay nada que se les parezca remotamente. Si damos el salto a la lista americana observamos como dos singles tan imposibles y tan asquerosamente manidos como Run it de Chris Brown y sobretodo la insufrible So sick de Ne-Yo se alzan en las ventas americanas pero no consiguen dar el pelotazo que se les supone en Europa.
e.g.: Crazy chick, uno de los grandes temas del año pasado lo produce Tore Johansson cuyos trabajos mas conocidos son The Cardigans, Franz Ferdinand o el ultimo de New Order.

7) Survivor
Obviamente que el genero muera no quiere decir que como por arte de magia los artistas que lo abanderaban desaparezcan. Muchos tienes un estatus tan solidificado dentro de la música que les queda cuerda para rato bien siguiendo en el estilo que los hizo famosos o bien tratándose de arrimar al sol que más calienta como las buenas estrellas pop que ya son. Mis apuestas son Beyoncé, Kelis, Kanye West y Missy Elliott sobretodo; el resto, todo se verá.
e.g.: The cookbook de Missy es un poco ful aunque levante el listón sobre This is not a test, aun así Lose control la ha vuelto a encaramar en lo mas alto de las listas y de nuestros corazones. Beyoncé ha conseguido por ejemplo colar un single tan flojo como Check on it en las listas, obvio es pues su estatus de estrella.